Extracto:El dólar sigue marcando el ritmo de la economía global y su impacto en América Latina es profundo. Mientras monedas como el peso mexicano o el real brasileño se mantienen relativamente estables, otras como el peso argentino enfrentan fuertes presiones. La estrategia de “carry trade” y las decisiones de la Reserva Federal influyen directamente en el valor de estas divisas. A futuro, la región deberá fortalecer sus economías internas para reducir la dependencia de una moneda que, aunque poderosa, no siempre juega a favor de todos.

¿Qué está pasando con el dólar hoy?
Hablar del dólar es, en cierto modo, hablar del termómetro económico del mundo. Esta moneda, que parece tan lejana para algunos y tan cotidiana para otros, marca la pauta de lo que sucede en los mercados financieros, en las decisiones de gobiernos y en los bolsillos de millones de personas, especialmente en América Latina. Hoy, el dólar no solo es una divisa, es un actor central en la economía global.
En las últimas semanas, el dólar ha mostrado movimientos interesantes frente a varias monedas latinoamericanas. En Brasil, por ejemplo, el real ha tenido una recuperación relativa, y la moneda estadounidense se cotiza cerca de los 5,58 reales. En México, el peso ha mantenido cierta estabilidad alrededor de los 18,74 pesos por dólar, lo que muestra la resiliencia de una economía que, aunque golpeada por factores externos, mantiene una política monetaria cautelosa.
Por otro lado, Argentina vive una realidad muy distinta. El gobierno de Javier Milei ha adoptado un esquema cambiario con devaluaciones mensuales programadas —conocido como “crawling peg”— y una banda de flotación que tiene al dólar rondando entre los 1000 y los 1400 pesos argentinos. En Perú, en cambio, el sol peruano sigue firme, con una cotización estable de unos 3,76 soles por dólar, reflejando una economía con políticas fiscales más predecibles y baja inflación.
Entonces, ¿qué determina estas diferencias tan marcadas entre países que, en teoría, comparten desafíos similares? Gran parte de la respuesta está en las políticas económicas internas, la estabilidad política, la dependencia de materias primas, y el manejo de las tasas de interés. Además, la percepción de riesgo país y la relación comercial con Estados Unidos también influyen notablemente.
¿Por qué el dólar sigue siendo tan importante en el mundo?
Aunque existen muchas monedas en el planeta, ninguna tiene el peso (no confundir con la moneda mexicana o argentina) que tiene el dólar. Esta divisa representa más del 80 % de las transacciones internacionales y es la principal moneda de reserva de bancos centrales. Su hegemonía se debe en parte a la confianza que genera la economía estadounidense y a la estabilidad institucional del país.
Pero hay otro punto interesante: el dólar es una “moneda refugio”. Es decir, cuando los mercados se ponen nerviosos, los inversionistas corren a comprar dólares, como quien busca una balsa en medio de una tormenta financiera. También es una “moneda de financiamiento”, lo que significa que muchas personas o instituciones piden dinero prestado en dólares para invertir en otras monedas o activos.
¿Qué es el ‘carry trade’ y por qué afecta a América Latina?
Una palabra clave en este contexto es “carry trade”. Es una estrategia utilizada por inversores en la que se endeudan en una moneda con tasas de interés bajas (como el dólar), para invertir en otra con tasas más altas (como el real brasileño o el peso mexicano). La idea es aprovechar el diferencial de tasas para obtener ganancias, siempre y cuando el tipo de cambio se mantenga favorable.
Este tipo de operaciones es cada vez más común en América Latina. Brasil, por ejemplo, tiene una de las tasas de interés más altas entre las economías grandes, lo cual atrae capitales extranjeros. Eso, a su vez, fortalece su moneda y reduce la demanda local de dólares. Algo similar ocurre en México, donde las decisiones del Banco de México han contribuido a mantener tasas competitivas y estables.
¿Cómo impacta el dólar en la vida diaria en América Latina?
Aunque muchas personas no lo noten, el dólar está más presente en sus vidas de lo que imaginan. Desde el precio del pan hasta el del combustible o el valor de los productos importados, todo puede verse afectado por los movimientos de esta moneda. Cuando el dólar sube frente a las monedas locales, los productos importados se encarecen, y eso presiona la inflación.
Además, muchos países latinoamericanos tienen deudas en dólares. Si su moneda se devalúa, pagar esa deuda se vuelve más caro. Es como si pidieras un préstamo en euros pero tu salario fuera en pesos; si el euro sube, tendrás que destinar más dinero de tu sueldo para pagar la misma deuda.
Por eso, los bancos centrales de la región vigilan con lupa lo que pasa con el dólar. Sus decisiones de política monetaria —como subir o bajar la tasa de interés— muchas veces tienen como objetivo estabilizar su tipo de cambio.
¿Qué se espera para la economía latinoamericana en los próximos meses?
Aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes. América Latina es una región que siempre ha estado llena de contrastes. Mientras unos países logran mantener cierta estabilidad, otros viven en una montaña rusa constante. Pero hay algo que todos tienen en común: la necesidad de adaptarse a los vaivenes del dólar y del contexto global.
A corto plazo, si el dólar se mantiene débil (como ha ocurrido recientemente por las expectativas de que la Reserva Federal de EE. UU. no suba más las tasas), eso podría beneficiar a las monedas latinoamericanas. Países como Brasil, México, Perú y Colombia podrían ver fortalecidas sus monedas, lo que ayudaría a controlar la inflación importada.
Sin embargo, hay riesgos latentes. Un conflicto geopolítico, una desaceleración fuerte de China o una nueva alza de tasas en Estados Unidos podrían volver a fortalecer al dólar, con todos los efectos negativos que eso traería para la región.
A largo plazo, América Latina necesita algo más que una coyuntura favorable. Requiere reformas estructurales, mayor inversión en educación e infraestructura, políticas fiscales más responsables y una apuesta clara por la diversificación económica. Solo así podrá reducir su dependencia de los vaivenes del dólar y construir una economía más sólida.
¿Cuáles son las divisas favoritas de los traders para operar cada día?
El mercado de divisas (Forex) es uno de los más grandes y líquidos del mundo. Cada día, millones de personas y empresas compran y venden monedas buscando aprovechar los movimientos del mercado. Aunque existen muchas divisas, algunas son más populares que otras entre los traders.
Estas son algunas de las más operadas:
- Dólar estadounidense (USD): la estrella del mercado. Está en prácticamente todas las operaciones de Forex.
- Euro (EUR): la segunda moneda más importante del mundo. Su par con el dólar (EUR/USD) es el más negociado.
- Yen japonés (JPY): atractivo por su estabilidad y por ser usado en estrategias de carry trade.
- Libra esterlina (GBP): muy influyente, especialmente en los pares EUR/GBP y GBP/USD.
- Franco suizo (CHF): moneda refugio por excelencia en Europa.
- Dólar canadiense (CAD): muy sensible al precio del petróleo, se mueve en línea con los commodities.
- Dólar australiano (AUD) y neozelandés (NZD): también influenciados por materias primas y economías asiáticas.
- Real brasileño (BRL) y peso mexicano (MXN): entre las divisas emergentes más populares, sobre todo para estrategias de carry trade.
Para muchos operadores, las monedas latinoamericanas ofrecen oportunidades atractivas por sus mayores movimientos (volatilidad) y por las tasas de interés más altas. Pero también presentan mayores riesgos, especialmente cuando hay inestabilidad política o económica.
Conclusión
El dólar sigue siendo una pieza clave para entender no solo lo que pasa en Wall Street, sino también en América Latina. Desde los supermercados hasta los bancos centrales, su influencia es innegable. Para los países de la región, el reto está en navegar las aguas cambiantes de la economía global sin perder el rumbo interno.
Y aunque cada país enfrenta su propia realidad, hay una verdad común: mientras el dólar siga siendo el rey de las monedas, América Latina tendrá que bailar al ritmo que él marque… aunque cada vez más voces se preparan para tocar su propia música económica.
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